martes, 22 de diciembre de 2020

Siempre aprendiendo

     Si algo marca el año 2020 es el cambio, más que cualquier otro año, durante este año hemos aprendido nuevas formas, nuevas formas de trabajar, nuevas formas de relacionarnos, nuevas formas de festejar, nuevas formas de estudiar, etc. 

    Debemos agradecer a la tecnología el habernos podido ver las caras porque el encierro nos impidió vernos en vivo durante casi todo el año. Hay quienes han tenido la oportunidad de mirar hacia adentro, pudimos compartir con nuestra familia, nuestras parejas y nuestros hijos temporadas más o menos largas de convivencia, mucho más extensas que lo que estábamos acostumbrados. Casi como cuando nos vamos de vacaciones pero sin el glamour, el lugar nuevo ni las diversiones propias de los viajes de placer.

    Salimos de nuestra "zona de confort" y emprendimos una aventura que quien sabe donde nos podrá llevar, el aprendizaje es algo a agradecer de este 2020, este año de dos números repetidos, algo tartamudo, hizo eso que hará que nunca lo olvidemos y termina aún dando coletazos endémicos como para que no olvidemos que aún no terminó.

    Este año nos enseñó que no hay tiempo que perder, que no podemos posponer nada porque el universo no nos espera, avanza a su propio ritmo y lo que no hagamos hoy simplemente quedará sin hacer, lo que no vivamos hoy quedará sin vivir y lo que no disfrutemos hoy quedará, irremediablemente sin disfrutar.

    Este 2020 me está enseñando a vivir y apuntar a lo más alto para no quedarme con las ganas, este 2020 se va llevándose muchas malas costumbres e invitándome a brindar por lo que viene.

miércoles, 6 de mayo de 2020

Guerra de Broma

La drôle de guerre o "guerra de broma", a veces conocida como "la guerra falsa", es una expresión francesa referida al período de la Segunda Guerra Mundial que comenzó con la declaración de guerra que Francia y Gran Bretaña hicieron a Alemania en septiembre de 1939, y acabó con la invasión alemana de Francia, Bélgica, los Países Bajos y Luxemburgo en mayo de 1940.

Durante este período las tropas francesas y británicas apenas se movilizaron y no participaron en ningún acto bélico contra los alemanes mientras estos preparaban su invasión.

Las tropas aliadas no tenían intenciones de atacar al Reich, ya que habían planeado una guerra de tipo defensiva y, por otro lado, Hitler no recibía de sus generales un plan de ataque que lo convenza; quizás los generales no tenían demasiadas intenciones de atacar Francia ante el convencimiento de que el poderío militar francés era muy difícil de derrotar.

El caso es que unos y otros estaban bastante cómodos en la posición que tenían, parecida a las posiciones inmóviles de la gran guerra, pero sin esfuerzo ni víctimas hasta que los alemanes decidieron atacar.

Línea Maginot
Mientras todo el ejército francés y sus refuerzos británicos esperaban parapetados el ataque a través de los Países Bajos y Bélgica (tal como había pasado en la anterior guerra), la invasión llegó a través de las Ardenas, una zona montañosa muy escarpada que, por la dificultad que implicaba su geografía, estaba prácticamente desprotegida por lo cual, pudieron avanzar con muy poca resistencia y atacar a los aliados casi por la retaguardia. haciendo gala de su forma de avanzar en territorio enemigo con apoyo aéreo y llevándose por delante todo, la Blitzkrieg.

Quizás es mucho más conocida la otra cara de esta moneda, quizás es más conocido que Patton montó en Dover, en el paso de Calais (a orillas del Canal de la Mancha) unas maquetas simulando pertrechos militares para que los Alemanes esperen en ese punto la invasión de lo que se llamó el Día D y le salió bien porque se comieron el amague; para cuando se dieron cuenta que el desembarco era en otro lado y reaccionaron, les fue imposible detener los ejércitos que ya habían desembarcado y avanzaban hacia el interior francés.

Es importante pensar que ejércitos muy poderosos cayeron oponiendo muy poca resistencia a causa errores tácticos, a causa de no conocer por donde atacaría el enemigo, es importante la preparación propia pero es imposible presentar batalla seriamente sin conocer al enemigo y definir con la mayor precisión posible por donde esperar el ataque.

martes, 18 de febrero de 2020

Antepasados

Alguna vez leí que los japoneses hacen un culto de sus muertos, de los muertos de su familia; les dedican Templos a su memoria en los cuales oran, a los cuales recurren a rendir homenaje, pedir consejos, etc. En lo antiguo de su cultura descubrieron que era una buena forma de definir, o ayudar a definir, su identidad como pueblo.
En antropología se estudia como una señal de civilización humana la costumbre de "enterrar los muertos", de evitar que los despojos inertes se pudran solos a la intemperie o sean devorados por animales carroñeros e insectos; es decir que es un avance en la civilización humana respetar a quienes nos han precedido, nuestros antepasados, nuestra historia.
Muchos de nosotros hemos escuchado historias de nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, etc. que han venido a nuestra tierra a "hacerse la América", personalmente crecí orgulloso de mi abuelo materno de origen vasco, de mis abuelos paternos de origen italiano y de mi abuela materna con varias generaciones de permanencia en Argentina y, seguramente, algún antepasado americano del cual no tenemos noticia cierta; me fasciné escuchando historias de mi tío vasco cuya familia había venido de España a principios del siglo XX y escuchando lo que contaba mi tío de sus padres judíos o las historias de mi otro tío sobre sus padres lituanos; no debería olvida a mi tía correntina, ya que siempre se consideraron un país diferente que nos ayudaría en la guerra(1). La hermana de mi mamá se casó con un descendiente de árabes y desarrollamos lazos muy fuertes con esa comunidad al ser mis primos de mi misma generación, los primos de ellos jugaban conmigo cuando éramos chicos y siempre fuimos muy cercanos con todos ellos.

Con todo esto deseo expresar que pienso que somos un país de inmigrantes, estamos hechos de combinaciones de gente de los pueblos más diversos y me parece que no deberíamos aceptar alegremente que se denoste a toda una comunidad gratuitamente. Celebro y aplaudo que nuestra sociedad haya ganado, para las minorías, la capacidad de expresar su identidad como lo desee, celebro que haya gente que se ocupe de que esos derechos no sean vulnerados. Con el mismo entusiasmo que celebro estas libertades ajenas exijo que sean respetados mis antepasados y los de tantos otros que, con solo la esperanza, una voluntad de hierro y una capacidad de trabajo inmensa han venido a construir nuestra patria y han formado parte de la génesis de lo que hoy es la sociedad argentina. Gente que cruzó el mundo sin saber con que se iban a encontrar e hizo su vida y educó a su familia en estas tierras no merece el disgusto de ser maltratada por alguien que no es capaz siquiera de leer algo de historia para conocer a sus antepasados.

Escuché a alguien decir hace poco que esta bendita Argentina ha dejado de ser la tierra de las oportunidades para convertirse en la tierra de los oportunistas. Propongo que no permitamos que los oportunistas se lleven nuestra historia, nuestros antepasados y ese respeto que merecen quienes solo han creído que el preámbulo de la Constitución donde dice: "...para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino..." era cierto.


(1) Siempre se decía: "Si Argentina entra en guerra, Corrientes la va a ayudar".

martes, 4 de febrero de 2020

Si la envidia fuese tiña...

Corría el año 1983 y se terminaba el año, éramos la última promoción de peritos mercantiles del Colegio Salesiano Ángel Zerda de Salta y, por supuesto, queríamos terminar el año con bombos y platillos. A alguien se le ocurrió representar la "Cantata al HIjo del Hombre"; algo así como una pequeña obra musical dedicada a la pasión de Jesucristo. Si tenemos en cuenta que todos los fines de año se arman obras tipo pesebres vivientes la verdad es que no debe haber sido nada extraordinario para el resto de la sociedad pero, para nosotros era algo único y revolucionario.


Hicimos dos presentaciones a sala llena en un lugar en el que cabían más de 1000 personas cobrando alimentos no perecederos como entradas y eramos, encima, artistas exitosos. Hasta nos ligamos un viaje al interior donde no tuvimos tanto éxito porque no había amigos ni familiares que vayan a vernos actuar pero, algún público tuvimos.

Traigo a colación la anécdota ya que fue la primera vez que escuché esto de "Si la envidia fuese tiña". Poncio Pilato preguntaba al pueblo de Jerusalén a quien debía liberar; las opciones eran dos: Jesús el Nazareno o Barrabás; un conocido delincuente. Para Pilato la cosa era un mero trámite que seguro iba a terminar con el pueblo clamando por su "rey", el nazareno pero, ante su sorpresa el pueblo comienza a pedir la liberación del delincuente y la crucifixión de Jesús. En esa circunstancia el romano sentencia: "Si la envidia fuese tiña, la tiña llenara calles de toda Jerusalén". La turba envidiaba algo de ese líder y pretendía vengarse de él.

Quizás porque era uno de los pocos diálogos no cantados, quizás por las veces que lo ensayamos, quizás porque yo actuaba como parte de ese cuerpo furibundo que pedía ajusticiar a Cristo, no se, pero me quedaron grabadas esas palabras que el autor de la cantata puso en boca de quien pasó a la historia cristiana como uno de los verdugos del mesías.

Lo cierto es que en aquel tiempo (1983) no tenía que era la tiña pero sonaba como algo muy feo que invadía a esa turba iracunda que solo quería, irracionalmente, patotear a un pobre hombre que no hacía mal a nadie. Con el tiempo aprendí que era la tiña e imaginé al pueblo judío de hace 2000 años sufriendo una epidemia, algo absolutamente desagradable y nunca pude disociar a la envidia de ese concepto; la envidia como algo desagradable y contagioso.

Siento a la envidia como ese sentimiento que nos hace odiar todo lo bueno que le pueda pasar a alguien (o algo de lo bueno que le pasa) sin importar nuestra propia realidad, ese sentimiento que no permite que disfrutemos de nuestros propios logros; la envidia nos hace aborrecer la suerte y logros ajenos y nos impide ver sus esfuerzos y en última instancia, la envidia no perjudica al envidiado y arruina la vida del envidioso.

Sería bueno poder vivir una vida totalmente libre de envidia, sería excelente que todos y cada uno vivamos la vida propia sin importar la ajena y, en todo caso, disfrutar de los logros ajenos de seres cercanos que los harán un poco más felices. Evitemos a la tiña en nuestra vida.

martes, 28 de enero de 2020

La Suerte

Tanto por lo bueno como por lo malo siempre hablamos de la suerte, "tuve mucha suerte" o "tuve mala suerte" son frases que decimos o escuchamos cotidianamente. Hay quienes ponen en el azar su destino e intentan descubrir como se comportará a través de distintos métodos de adivinación o bien tratan de influir en el azar encomendándose a santos, cábalas y otros métodos.

También es frecuente encontrar en publicaciones de auto ayuda frases de personas que han triunfado en la vida explicando como han provocado que la suerte les sonría desconfiando absolutamente del azar y jactándose de su buena fortuna "auto provocada".

Una vez vi una película en la que un grupo de cuatro o cinco personas que habían muerto se encuentran en una casa y se les explica que uno de ellos tendrá la oportunidad de revivir. La película transcurre mientras cada uno cuenta y analiza su vida y la forma en que murió y porqué debería revivir, cada uno de ellos explica las causas pendientes que tiene. Recuerdo especialmente a uno (no fue el que se ganó el boleto para seguir viviendo) que sostenía que todavía no había podido hacer el negocio de su vida, que nunca había tenido una oportunidad de hacer fortuna. El encargado de escuchar la historia le muestra un episodio de la vida en el que le ofrecen, en la década de los 70, acciones de una empresa nueva... ¡Apple! y el las rechaza para invertir sus ahorros en unos relojes sumergibles. Recuerdo esa escena porque me parece que explica, en cierto modo, porque hay quienes hacen fortuna y quienes deambulan toda la vida intentándolo sin éxito. El tema es, quizás, no solo que la oportunidad pase a tu lado si no el hecho de saber aprovecharla. Fontanarrosa contaba que él trabajaba todo el día y con eso intentaba que la inspiración lo encuentre trabajando; es muy difícil aprovechar las buenas ideas o la inspiración si no se está en condiciones de concretarla de convertirla en un proyecto.
Gente, la suerte existe pero si gano la lotería y no se en que invertir mi dinero, lo más probable es que lo termine malgastando y, a la larga, vuelva a tener lo mismo que tenía antes de ganarla; debo imaginar constantemente proyectos en los cuales invertir mis recursos (trabajo, tiempo, dinero, etc.) para poder aprovechar lo que la suerte me depare y no intentar culpar de mis triunfos o mis desgracias a la suerte, Dios o como quiera que se llame todo aquello que aparece sin esfuerzo.

martes, 21 de enero de 2020

El Perdón

Muchos de nosotros fuimos educados en la ética cristiana de que el "perdón" blanqueaba todo, es decir que, bastaba con pedir perdón para que todo se resuelva; algunos con el tiempo y la vida aprendimos que muchas veces no alcanza solo con eso y las cosas que se dañan no llegan a sanarse solo con un pedido de disculpas.
De todos modos, aunque sea un mínimo alivio, es algo que nunca está de más y parecemos haberlo olvidado.

Nadie esta exento de cometer errores o realizar acciones que no son las adecuadas y, muchas veces, estas faltas que cometemos causan daños en otras personas, esos daños a veces pueden ser muy graves y, seguramente, no alcanzará con pedir perdón para resolverlo pero eso no quita que no haya que hacerlo igual.

Debemos dejar de ver al perdón como algo que nos quita la culpa de encima, uno no debe disculparse para sentirse mejor o para lograr la indulgencia por las faltas cometidas; el pedido de perdón es algo que le debemos a las víctimas de nuestras faltas, de nuestros errores y "pecados"; no es algo que deba hacernos sentir mejor sino que es para que se sientan mejor quienes han sufrido daños por nuestras acciones y es lo mínimo que les debemos después de haberlos afectado con nuestro comportamiento; repito: NO NOS EXCULPA pero es un gesto humanitario hacia las víctimas de nuestros actos.

Deberíamos dejar de ver el pedido de disculpas como una debilidad y considerarlo como la fortaleza de un espíritu que acepta la culpa por la falta cometida y está dispuesto a intentar aliviar el daño sufrido por la/s víctima/s.

martes, 14 de enero de 2020

La Culpa

Hace no mucho tiempo escuché a alguien decir que es muy fácil crecer políticamente diciéndole a la gente que la culpa de lo malo que le pasa la tienen otros; la Biblia nos narra a Adán echándole la culpa a Eva y ella diciendo que fue la serpiente. La historia nos muestra a Nerón culpando a los cristianos del incendio, y numerosos episodios de matanzas de judíos que fueron culpables de todas las crisis de la era cristiana hasta la brutalidad del régimen nazi que los consideró culpables de una crisis económica producto de una guerra provocada, en parte, por los propios alemanes.Creo que el fondo del asunto es que, desde siempre, el gran pecado de la humanidad fue nunca hacerse cargo de los propios errores y malas acciones y tratar de endilgarle la culpa a alguien.

Uno de los problemas de esta actitud es que es muy improbable corregir malas conductas si no se las detecta; es decir que no puedo modificar mi comportamiento si creo que fracasó culpa de otro y no mía. En algo más cotidiano podemos encontrarnos con quienes atribuyen todas las derrotas de su equipo deportivo favorito a errores o malas acciones de los árbitros y, quizás por eso, lo único en que se ponen de acuerdo, eventualmente, dos rivales, es en el odio a quien intentó aplicar la ley, aplicar las normas para que el juego sea más justo. No digo que los árbitros no cometan errores o que todos sean absolutamente honestos pero, pensar que todo lo malo es culpa de ellos me parece una simplificación dañina y mediocre.

Llevado a la convivencia en sociedad y a la política, viviendo en el interior siempre escuché que la culpa de todos los males de mi provincia la tiene la capital y, la culpa de todo lo malo que me pasa o todo a lo que no puedo acceder la tiene el gobierno, Si el gobierno es culpable entonces el gobierno debe proveer la solución. Entonces tengo derecho a reclamar que el gobierno resuelva mis problemas porque ellos lo causaron.

Quizás, para los que tienen fe, es Dios quien tiene que resolver sus problemas y, explícita o implícitamente, culpan a su creador por todas sus desgracias.

Alguna vez habría que exaltar, como valor, la capacidad de hacerse cargo del propio destino y no esperar que todos los problemas sean resueltos por otros, alguna vez deberíamos considerar perjudicial y dañino reclamar que otros resuelvan los problemas que yo mismo me busqué o que la vida me puso en el camino.